Una clase normal de Historia

Quince segundos después de empezar la clase de Historia, Daniel Sánchez Balburriez ya no le prestaba atención a la profesora. Fingió mirar algo en el móvil cuando en realidad lo tenía apagado. Lo que miraba era lo que se reflejaba en la pantalla.

Sí, sé lo que estás pensando. Piensas que estaba mirando a Laura, que se sentaba en la última fila, y la verdad es que esa era su verdadera intención. Pero había algo justo detrás de la chica. Dani entrecerró los ojos y acercó la cara al dispositivo para fijarse en lo que se reflejaba en la pantalla. Y lo vio claramente: detrás de Laura había una brillante grieta interdimensional de la que estaban saliendo monstruos del espacio con una frecuencia de cero coma dos monstruos por segundo. Grandes, colosales, feos, deformes, terribles y lentos de una forma terriblemente agobiante, avanzaban con la clara intención de alcanzar a la chica. Parecía que nadie más que Daniel había reparado en la existencia de aquellas abominaciones extraterrestres. Quiso darse la vuelta para salvar Laura antes de que las criaturas espaciales le alcanzasen, pero los tripis alucinógenos que se había tomado antes le impedían reaccionar. Solo pudo mirar con cara de pánfilo a través de su móvil cómo los monstruos avanzaban sin remedio.

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